Estamos a punto de concluir este año, y el cerebro humano tiene tendencia a hacer balance para conocer los aspectos positivos y negativos que han ocurrido en este período de tiempo y poder planificar el futuro. Podemos decir que este año ha sido principalmente “el año Post-Covid”, no porque haya desaparecido la enfermedad, pero si las limitaciones que nos habían impuesto y una gran parte del miedo a las complicaciones graves o a la muerte que la infección por el coronavirus nos provocaba. Las vacunas y las mutaciones del virus han cambiado el pronóstico de la enfermedad que persiste entre nosotros con una elevada prevalencia.
¿Cuál es la situación respecto a las demencias? Las demencias siguen siendo uno de los problemas más importantes de salud que tenemos en nuestra sociedad, por su elevada prevalencia, por su repercusión en el individuo que la sufre, en sus familiares y cuidadores y el alto coste sociosanitario que tienen. Dado que estas enfermedades están relacionadas con la edad, y puesto que la edad media de nuestra población aumenta, el futuro no es esperanzador. La prevalencia en el grupo de edad entre los 60 y 80 años ha disminuido en nuestro medio, porque el nivel educativo es más alto y por el mejor control de los factores de riesgo vascular (hipertensión arterial, diabetes, etc). Pero el número total sigue siendo alto, dado que hay más nonagenarios y centenarios y estos tienen mayor riesgo de padecerla.
Avances que han ocurrido este año, que quiero destacar
En conclusión: la hipertensión en edades de la mitad de la vida es un factor de riesgo de demencia. El tratamiento de la hipertensión reduce la incidencia de demencia.
A pesar de los avances, tengo la impresión de que la cura para estas enfermedades está aun lejos. Conviene cuidarse y prevenir con las medidas a nuestro alcance para evitar en lo posible o retrasar la enfermedad (control de factores de riesgo, audífonos si se sufre hipoacusia, actividad física abundante, actividad cognitiva, actividad social, dieta sana con abundantes verduras, legumbres, frutas, pescado y evitar las grasas animales y el exceso de carne roja, suprimir o reducir al máximo el alcohol, y evitar los tóxicos como el tabaco).
Las enfermedades neurodegenerativas tienen muchas causas diferentes, y posiblemente los avances terapéuticos tendrán lugar de forma progresiva inicialmente para algunas enfermedades con causas concretas y veo lejos la solución definitiva al conjunto de las enfermedades que inducen demencia. Pero conviene que toda la sociedad civil esté alerta de que este es un problema importante que tenemos y debemos de esforzarnos en tratar de buscar soluciones y que las medidas actuales que disponemos se apliquen lo mejor posible y los pacientes tengan los cuidados médicos, sociales y de todo tipo que requieran.
Deseo para todos que el 2023 venga con buenas noticias que permitan vivir más años con más calidad de vida, y que nuestra sociedad tenga clara conciencia de que hay que cuidar de sus ancianos para que mantengan sus derechos y tengan los cuidados necesarios, que son los objetivos principales de la Fundación Aubixa.
JF Martí Massó
Catedrático emérito neurología. UPV/EHU
Miembro del patronato de la Fundación Aubixa
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