El paradigma de Envejecimiento Activo ha hecho numerosas aportaciones, influyendo en las políticas
sociales y sanitarias, con una influencia muy destacada en la vida cotidiana de las personas mayores de todo el mundo. Pero desde finales de la década de los 90,
en la que emerge este paradigma hasta la actualidad, la vejez ha cambiado, y se hace necesario avanzar con una mirada innovadora y
audaz, para formular un paradigma del envejecimiento mejorado, revisando el actual con sentido crítico y respetuoso con la historia
gerontológica.